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martes, 8 de octubre de 2019
Introducción
Cuando aparece en la boca una cavidad que se encuentra llena por líquido, células, aire, o una combinación de todas ellas cubierta por un exterior escamoso estratificado, nos encontramos ante un caso de quiste odontogénicos que puede acabar con el hueso del maxilar o provocar el movimiento de los dientes. Cuando este vuelve a aparecer de nuevo por causa de una infección, el hueso puede destruirse y provocar signos que se aprecian a simple vista como la deformidad del hueso, el desplazamiento radicular o la movilidad dentaria. Este tipo de quiste benigno forma el 90% de los quistes de los maxilares y pueden ser causados por restos epiteliales odontogénicos que al desarrollarse los dientes se quedan enganchados en el hueso y su formación prosigue con el crecimiento mural del epitelio, el gradiente de presión hidrostática entre la luz del quiste y el exterior, y la reabsorción del hueso, que permite que el quiste crezca. Los quistes odontogénicos no presentan síntomas previos y pueden descubrirse a través de imágenes radiolúcidas en exámenes radiológicos de prevención o rutina. En la mayoría de los casos, este tipo de lesión crece lentamente, pudiendo llegar a perforar las corticales óseas y produciendo crepitación al palpar la zona. En los casos más graves, puede crecer de forma desmesurada y provocar una asimetría facial. Aunque todos estos quistes no suelen ser tumorales, es importante prestarles atención para que no causen problemas mayores.
Desarrollo
Los
quistes odontogénicos se originan del componente epitelial del aparato
odontogénico o de sus restos celulares que quedan atrapados dentro del hueso o
en el tejido gingival que cubre a los maxilares. “De acuerdo a su patogénesis, se clasifican como
lesiones del desarrollo o de tipo inflamatorio. Los quistes radiculares son
lesiones de origen inflamatorio que invariablemente se encuentran asociadas a
órganos dentarios desvitalizados por la existencia de caries, con frecuencia
debido a una mala higiene oral. Aproximadamente un 12% de los queratoquistes
son diagnosticados en pacientes con Sd. de Gorlin-Goltz (Sd. de los nevos
basocelulares múltiples), presentando en estos casos una mayor tendencia a la recidiva”
(García, 2006: 92)
La
higiene, prevención y tratamiento precoz de la caries dental son medidas
efectivas para evitar los quistes radiculares, que son los más frecuentes. El diagnóstico precoz es esencial en los queratoquistes
y en aquellas lesiones quísticas susceptibles de ser confundidas con lesiones
tumorales de los maxilares.
García, Arroyo, Bilbao y Cebrián (2006), explican que “generalmente son asintomáticos en sus estadios iniciales, a menos que se infecten secundariamente o alcancen un tamaño significativo que produzca deformidad del hueso afecto, retención o desplazamiento de piezas dentarias. Pueden provocar la reabsorción de raíces dentales próximas, aunque no es común, y la compresión de estructuras cercanas, como el nervio dentario inferior, provocando alteraciones sensoriales en el hemilabio inferior correspondiente”.
Diagnóstico:
1. Inspección y palpación:
observar el tamaño, consistencia, deformación de las tablas óseas y del reborde,
estado de sensibilidad y motilidad, algias localizadas y difusas, oclusión y
movilidad dentaria, retención o desplazamiento de piezas, compromiso de la piel
facial y cervical, de las mucosas bucales, estado ganglionar, estado de las
glándulas salivales, funcionamiento de la articulación temporomandibular.
2. Radiología: El
estudio radiográfico es sumamente importante incluyendo, en todos los casos una
ortopantomografía y en ocasiones debiendo ampliarse con CT. 3. Anatomía
patológica: La clínica unida a la radiología nos lleva a un diagnóstico
presuntivo. La biopsia, no siempre necesaria previa a la cirugía dada la
benignidad del proceso,se reserva para aquellos casos en los que las otras
exploraciones complementarias hacen sospechar una posible malignidad o
agresividad. (Arroyo, 2006: 93)
Tipos de quistes
odontogénicos
• Quiste gingival del recién
nacido Son considerados disembrioplásicos, originándose a partir de la lámina
dentaria. Aparecen en el recién nacido como pequeñas excrecencias gingivales
grisáceas o blanquecinas, pudiendo presentarse de forma múltiple. Se localizan
sobre la cresta gingival (Perlas de Epstein) o en la línea media del paladar
(Nódulos de Bohn). Generalmente no requieren tratamiento, ya que se abren
espontáneamente durante los primeros meses de vida.
• Queratoquiste
odontogénico (Quiste primordial)
PATOGENIA
Se originan en restos de la
lámina dental o del epitelio del esmalte. A diferencia de los quistes
dentígeros, no tiene ningún tejido dentario (diente o supernumerario) incluido
en su interior, ya que se forma por degeneración del retículo estrellado de un germen
dentario antes de la formación de la dentina y el esmalte.
TRATAMIENTO
Bilbao (2006) explica que:
“El problema del queratoquiste radica en su gran porcentaje de recidiva por:
tratamiento insuficiente, su cubierta fina y adherida o la presencia de
microquistes o islotes epiteliales que perforan el hueso. Por ello el enfoque
debe ser más agresivo que el del resto de quistes odontogénicos, comprendiendo
la enucleación de la lesión con raspado óseo periférico y escisión de la mucosa
que lo recubre. Además se puede realizar cauterización química posterior con
solución de Carnoy o nitrógeno líquido. En casos excepcionales puede ser
necesaria la resección parcial ósea con reconstrucción del defecto,
preferiblemente de forma inmediata”.
• Quiste de
erupción
Poco frecuente, generalmente
en niños y adolescentes, habiendo descritos muy pocos casos en adultos en la
literatura. Clínicamente se presenta como una tumoración gingival blanda de
color azulado en el borde alveolar sobre la corona de una pieza temporal en
erupción, asociándose a su retención. No suele necesitar tratamiento,
desapareciendo con la erupción del diente. Si ésta se retrasa demasiado,
puede realizarse la apertura para exponer la corona de la lesión quística.
• Quiste periodontal
lateral
Se origina en restos
epiteliales odontogénicos, localizándose en el sector lateral de la raíz de una
pieza dentaria. Poco frecuente y asintomático, se observan sobre todo en torno
a la 5ª década, en áreas de caninos, premolares e incisivos laterales
mandibulares. Se suele detectar radiográficamente como una imagen
radiotransparente, unilocular, con un borde opaco y bien delimitado y un tamaño
menor de 1 cm. La pared está formada por un epitelio delgado, no queratinizado.
Debe hacerse diagnóstico diferencial con el quiste radicular lateral, el quiste
primordial y el quiste gingival. Tratamiento consiste en enucleación cuidadosa del
quiste. (Cebrián, 2006)
• Quiste gingival del
adulto
Se consideran quistes
odontogénicos del desarrollo, derivando de la lámina dentaria. Es una entidad
poco frecuente, localizándose preferentemente en área canina y premolar
mandibular. Presentan un epitelio escamoso estratificado delgado al igual que
el quiste periodontal lateral del desarrollo, aunque a diferencia de éste, no
afecta al hueso y se encuentra localizado en la encía. Suelen ocasionar
tumefacción gingival, en ocasiones de aspecto azulado, debiendo hacerse
entonces diagnóstico diferencial con el mucocele. (Arroyo,
2006: 96)
Hipervínculos
Conclusión
Los quistes odontogénicos son entidades con un comportamiento benigno, pero si no se diagnostican a tiempo pueden alcanzar tamaños considerables y repercutir negativamente en el paciente. En el momento en que una lesión se diagnostica como compatible con quiste, ya sea clínicamente o radiográficamente, se debe establecer un diagnóstico diferencial y de presunción. Las características clínicas, radiográficas, así como la epidemiología, son las principales herramientas disponibles para hacer un diagnóstico de presunción. El diagnóstico de presunción, el tamaño de la lesión y la relación de esta con estructuras anatómicas vecinas condicionarán el tipo de tratamiento. Los tumores y quistes de la mandíbula son crecimientos o lesiones relativamente poco frecuentes que se forman en la mandíbula o en los tejidos blandos de la boca y la cara. Los tumores y quistes de la mandíbula, en ocasiones denominados tumores y quistes odontogénicos, pueden variar mucho en tamaño y gravedad. Por lo general, estos crecimientos no son cancerosos (benignos), pero pueden ser agresivos e invadir los huesos y tejidos circundantes, y desplazarse a los dientes.
Las opciones de tratamiento para los tumores y los quistes de la mandíbula varían según el tipo de crecimiento o lesión que tengas, la etapa de crecimiento y tus síntomas. Los cirujanos de boca, mandíbula y cara (bucal y maxilofacial) pueden tratar el tumor o quiste de la mandíbula, generalmente mediante cirugía o, en algunos casos, mediante tratamiento farmacológico o una combinación de cirugía y tratamiento farmacológico.
Referencias bibliográficas
Laura García Monleón, Susana Arroyo Rodríguez ,Arturo Bilbao Alonso ,José Luis Cebrián Carretero. (2006). Protocolos clínicos de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial. 29 de septiembre de 2019, de Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial Sitio web: http://www.cirugialara.com/wp-content/uploads/2017/01/Quistes-Maxilares.pdf
Vega Llauradó A., Ayuso Montero R., Teixidor Olmo I., Salas Enric J., Marí Roig A., López López J.. (2012). Opciones terapéuticas en quistes odontogénicos. Revisión. 29 de septiembre de 2019, de Campus Universitario de Bellvitge Sitio web: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-12852013000200004